jueves, julio 03, 2003

la cronica de mi buen amigo jose luis acerca de su fin de semana con Ute

Domingo 29 de Junio de 2003 siendo la 1:25 am

Se trata del vestido rojo. Se trata de la atención. Escasos 5 metros. Una noche de políticos, artistas e intelectuales, comidas para 2…

Barullos y más barullos. Todos se han puesto de pie, Monsiváis ha llegado al salón. ¿Cómo le va? ¿Cómo va la campaña señor político? Con permiso por favor joven. ¿Una vodka tonic? ¿Para quién es el champagne?

¿Pero que no se trataba del vestido rojo?
No, se trata de la reunión de los políticos. Se trata de la gente que pidió lo más caro de la carta.

Afortunadamente el vestido rojo apareció. ¿Y que canta? Escuché al lado. Por fortuna Ute se había puesto el sombrero y al ritmo de Mack the knife en alemán calló a toda la gente bonita. Nadie era más bonita que ella. Ute! Ute! Achtung!!! Que las luces verdes iluminaban todo el escenario.

So they call me naughty Lola! Y aquel vestido rojo por el que venía estaba brillando en todo su esplendor. Tan hermosa ella, sus hombros desnudos y sus omóplatos expuestos. “Where is my chair? Without my chair I can´t do anything!” y aquellas largas piernas se vieron desnudas en el centro de la pista. Tenía el centro de mi atención.

Excelente improvisación. El calor del vodka hacía que todo mundo se riera a la menor provocación. Tal vez demasiada alegría. ¡Ah si! Gente bonita que finge entenderle a todos los chistes aunque estén en inglés o alemán.

Tal vez sea por eso que Ute jugó un largo rato con “I´m a vamp” (como es cosumbre) pero esta vez si reí desenfrenadamente con sus posesiones de Hitler. Nunca había entendido tan bien la canción como ahora. Creo que tampoco había reído tanto con ella como ahora.

Así que la noche sigue y sigue. Ute más seria. Ute más distanciada del público. Lentamente nos adentramos hasta lo más profundo de Lemper. Ya no era una Ute que gritaba (super afinadamente) sino que era una Ute que sentía. Era una Ute que prefería cantar en alemán a pesar de que las canciones eran en francés o inglés originalmente. Una Ute que poco a poco comenzaba a sentirse desnuda y reafirmaba sus manos por el cuerpo para sentir su vestido.

Lamentablemente aquella separación le costó algo de atención al público. Los molestos susurros se comenzaban a escuchar mientras se formaba una especie de comunicación que rompía con las barreras del idioma. Tal vez fue por eso que un borracho gritó en Inglés que no todos la entendían. “And nobody can see me, too” Dice ella molesta cuando comienza a cantar su canción dedicada a la mexicana que la trajo a México. Se trataba de “Lena”, de su más reciente disco.

A pesar de la molesta interrupción, Ute no perdió nada de fuerza. Ute estaba en lo suyo. Maravillada, extasiada, con una mirada perdida en el fondo del salón. Una mirada perdida.

El momento culminó en una versión muy especial de “Buenos Aires”. Sorprende con un poema de Bukowski (después de haber hablado de Brecht) que recita con enorme devoción para no detenerse siquiera y comenzar a cantar un tango en español (primera vez que la escucho en español!!! Y mis respetos para la pronunciación de aquella mujer) no termina y ya estaba cantando el coro de Buenos Aires. Sigue con el tango y luego el coro de Buenos Aires. 15 minutos de un viaje único.

Pareciese que de repente toda la gente volviera a aparecer con los aplausos y entonces vuelve a ganar el público rápidamente. Esta vez con la balada de Marie Sanders en una versión sin saxo pero no por eso con menos fuerza. Pareciese que Ute ha terminado su aparición y concluye el concierto. Pero regresa a seguir cantando entre otras cosas, una hermosa canción Árabe (nuevamente, otro nivel de comunicación más allá del lenguaje se hacía presente) recordando aquellos momentos en que entonó un coro indú minutos atrás.

Desgraciadamente las flores llegan hasta sus manos, 2:05 horas de concierto. Pero ella regresa y parece improvisar con el guitarrista para que los primeros acordes de Je Ne T´aime Pas comenzasen. El lugar estalla en aullidos. Originaria de 4 minutos, esta vez Je Ne duró cerca de 6. Hermoso final, en el cual Ute termina con una cabeza agachada en una hermosa luz azul. Se despide inclinándose como un águila fuerte, alemana. Las luces se han prendido.

A pesar del Celo, el piano, la guitarra y la batería, pareciese que ella fuese la directora de su misma orquesta. Una noche en la que entraste por las enormes piernas con ligueros y saldrás por ellas. Tan verídica su introducción “Welcome to a World of corruption, murders… where almost you can´t trust in the orquesta, they can kill you” como se vió reflejada en el comportamiento de la gente. Un mundo tan asquerosamente hermoso que se vivió ahí dentro. 6 idiomas diferentes que contaron hermosas historias que terminaron en una noche lluviosa. Los mimos y las bailarinas que rondaron durante la cena se reían por ti.



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