martes, marzo 25, 2003
antes de continuar con la parte 2 de 3, posteo un parrafo que quedó excluído de un artículo q hice sobre porno + real tv; como ese parrafo ya chingo a su madre pues lo deposito en este blog para q lo lean y me den su opinión. su opinión es siempre importante, es la q cuenta, lo mas valioso, ni duda cabe.
Existe un gran problema con la pornografía, siempre es una cuestión de hombres; de hombres pidiéndole a mujeres que actúen como si lo único realmente excitante fuese el ser observadas por otros hombres. Lo excitante para las mujeres no es, aquello que pueda “excitarles”, no. Es la mirada de los hombres la que da sentido a lo que hacen, aquella que legitima la cachondes de las actrices, de otra forma no podría ser. Este es un asunto muy de género sobre el cual no pienso extenderme, sobre el cual el artículo no volverá a reencontrarse. Pero del que se derivan formas muy claras y estereotipadas de representación dentro de la pornografía, que vamos claro en primera instancia impactan directamente a las mujeres y la capacidad de las mismas para autodefinir su erotismo y aquello que les resulte o no excitante. Claro que este punto en sí mismo es capaz de provocar todo un análisis al respecto de sus implicaciones, análisis en los que en algunos casos estoy de acuerdo y en otros no tanto, a final de cuentas soy un pornógrafo.
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Existe un gran problema con la pornografía, siempre es una cuestión de hombres; de hombres pidiéndole a mujeres que actúen como si lo único realmente excitante fuese el ser observadas por otros hombres. Lo excitante para las mujeres no es, aquello que pueda “excitarles”, no. Es la mirada de los hombres la que da sentido a lo que hacen, aquella que legitima la cachondes de las actrices, de otra forma no podría ser. Este es un asunto muy de género sobre el cual no pienso extenderme, sobre el cual el artículo no volverá a reencontrarse. Pero del que se derivan formas muy claras y estereotipadas de representación dentro de la pornografía, que vamos claro en primera instancia impactan directamente a las mujeres y la capacidad de las mismas para autodefinir su erotismo y aquello que les resulte o no excitante. Claro que este punto en sí mismo es capaz de provocar todo un análisis al respecto de sus implicaciones, análisis en los que en algunos casos estoy de acuerdo y en otros no tanto, a final de cuentas soy un pornógrafo.
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