martes, enero 21, 2003

A ver. Nací en San Antonio, Texas, el 8 de agosto de 1970. (Aquí hay un paréntesis de dos meses, ocurridos en un hospital: mi madre biológica, Jean Elizabeth, me dio en adopción a la Texas Cradle Society; tuve una nodriza; y acaso otro nombre, más allá de Baby Boy.) Un buen día de octubre, mis padres fueron por mí. Y me llevaron a México. Entonces, me convertí en mexicano. Pero mi madre es francesa, así que también heredé su nacionalidad. Sin contar que mi padre es hijo de húngaros. Y mi madre, de alemanes, a su vez hijos de polacos. Tal es mi sangre emocional; la real, simplemente la desconozco. (De Jean Elizabeth sé que tenía, o tiene, sangre irlandesa, francesa y gabacha; de Steve, mi supuesto padre biológico, nada más sé que era baterista.) Antes de conocer el nombre de mis padres biológicos, tuve la fantasía de que Jim Morrison había preñado a mi madre en el baño de un restaurante de paso, digamos, en la carretera que va de Los Ángeles a Las Vegas. (Pero luego supe la verdad: mi madre biológica era agente de pasaportes en San Antonio, Texas, y, muy joven, había quedado embarazada de mí; de Steve no sé nada, más que era "mild tempered", según escribe Jean Elizabeth en el informe sociomédico que la Texas Cradle Society me envió a principios de los noventa.) Hoy, tengo tres pasaportes y, por razones que me rebasan y no logro comprender, vivo en el DF, cuando bien podría habitar alguna isla desligada, hasta cierto punto, de Europa y de Estados Unidos (no quisiera terminar, sobra decirlo, en las Islas Marías); nada de Hawaii, pues. Ya viví en Inglaterra, isla de islas (bueno, quizás Australia sea la isla de islas; luego Japón), mas mi idea de isla es más cercana a las Malvinas-Falkland Islands, o bien Redonda, Flat Island, las Azores o algún trozo de lava perdido en el Pacífico (no soy de ánimo Atlántico). Para colmo, crecí en un suburbio al poniente de la ciudad, en un fraccionamiento que otrora fuera el rancho de un expresidente, allá por el bucólico Estado de México. Y fui educado en una escuela activa de quintaesencia Summerhill (de nuevo las islas: Summerhill montó su escuela-internado activo en Escocia, educación highlander), en una burbuja llena de exiliados argentinos, chilenos y uruguayos, entre hijos de comunistas; mi actividad predilecta, hacia segundo de primaria, era ilustrar mis cuadernos con la hoz y el martillo.) Pero basta de mi infancia, falso y cómodo origen.
- David, 13:47
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